La adopción de hábitos adecuados y cuidados específicos muchas veces es suficiente para tener una piel suave y confortable:
• Evitar baños calientes. Preferir duchas rápidas con agua templada.
• Después de la ducha, séquese con suavidad, secando la piel en vez de frotar.
• En la higiene, optar por un cuidado de higiene suave adaptado a la piel seca y evitar el jabón.
• Hidratar el rostro y el cuerpo todos los días tras la higiene, con un producto específico para piel seca.
• Nunca ir a dormir con maquillaje y utilizar, preferentemente, un desmaquillante nutritivo. • Beber un mínimo de 1.5 litros de agua todos los días.
• No sobrecalentar el ambiente en invierno y, si fuera necesario, utilizar un humidificador de aire.
• Usar guantes para limpiar.
• Adoptar una alimentación equilibrada, pensando en variar particularmente los aceites (aceite de oliva, colza, nuez, semilla de uva…) para asegurar una buena ingestión de ácidos grasos esenciales.
• No exponerse al sol sin protección
Si su piel se mantiene seca, a pesar de estas precauciones, o si la piel es seca debido a un eczema o a psoriasis, consulte a su dermatólogo: él le aconsejará un tratamiento adecuado
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