El chocolate crudo estimula el sistema nervioso aportando bienestar, produciendo endorfinas y mejorando el estado de ánimo

¿Qué es el cacao crudo?
Aquí está la cuestión y la pregunta idónea ya que este chocolate crudo se llama así por que no “sufre” en su elaboración. Aunque quizá deberíamos quitar las comillas, ya que realmente el cacao crudo se llama así porque no está manipulado ni calentado a elevadísimas temperaturas, lo que le hace mantener todas las propiedades básicas, nutrientes, antioxidantes,… Además no recibe una carga de azúcar, manteniendo ese amargor tan característico de este alimento.

Para hacer el chocolate comercial se cogen los granos del cacao antes de que fermenten, se tuestan, se muelen, se presionan y se mezclan con grasas y azúcares ¿Y esto en el cacao crudo o chocolate crudo cómo se hace? Similar, pero sin tostar, sino dejándolos secar al aire libre, al sol, para que se sequen naturalmente y en temperaturas inferiores a 42º.

¿Tan bueno es el chocolate crudo?
El chocolate crudo estimula el sistema nervioso aportando bienestar, produciendo endorfinas y mejorando el estado de ánimo; estimula el sistema digestivo, alivia el estreñimiento, contiene antioxidantes, mejora la salud cardiovascular, reduce el colesterol y los triglicéridos y ayuda a cuidar la línea; más no se le puede pedir. Pero lo más importante es cómo debemos tomar el chocolate para aprovechar todo lo que este nos ofrece, y es que: ¿qué pensaría aquel pueblo indígena si supiera cómo y de qué forma hemos conseguido desaprovechar tanto algo tan bueno?

Si el cacao es un alimento tan saludable, no es porque comer chocolate en sí sea una buena opción, al menos no en todas sus versiones. Es saludable porque las semillas de cacao, en crudo, contienen potasio, vitaminas, magnesio (uno de los elementos que más escasea en nuestras dietas), calcio, fósforo, hierro y cobre, pero no así una tableta de chocolate con leche, que apenas contiene un poco de cacao y un mucho de azúcar refinado. Entonces, chocolate sí, cuanto quieras, pero mejor chocolate crudo.

Algunos ya lo sabían…
De un tiempo a esta parte, han sido muchos los cocineros que incluso se han atrevido a introducir este manjar en sus platos salados, rompiendo un poco la norma que asocia al chocolate con algo dulce, un postre, una golosina o un antojo. Un gesto que debemos agradecerles. Aunque ya fueron los centros de estética hace años los que quisieron trascender las barreras de sus beneficios gastronómicos para empezar a descubrirnos otros nuevos, por ejemplo, para la piel. El aceite que se obtiene de las semillas del cacao es muy nutritivo y revitalizante, y eso, junto con su embriagador aroma, hace que las envolturas en chocolate, con todas sus variantes, supongan un auténtico placer para los sentidos. Sí, y también muy recomendables para el cuidado de tu piel.

¿Qué es el cacao crudo? Aquí está la cuestión y la pregunta idónea ya que este chocolate crudo se llama así por que no “sufre” en su elaboración. Aunque quizá deberíamos quitar las comillas, ya que realmente el cacao crudo se llama así porque no está manipulado ni calentado a elevadísimas temperaturas, lo que le hace mantener todas las propiedades básicas, nutrientes, antioxidantes,… Además no recibe una carga de azúcar, manteniendo ese amargor tan característico de este alimento. Para hacer el chocolate comercial se cogen los granos del cacao antes de que fermenten, se tuestan, se muelen, se presionan y se mezclan con grasas y azúcares ¿Y esto en el cacao crudo o chocolate crudo cómo se hace? Similar, pero sin tostar, sino dejándolos secar al aire libre, al sol, para que se sequen naturalmente y en temperaturas inferiores a 42º. ¿Tan bueno es el chocolate crudo? El chocolate crudo estimula el sistema nervioso aportando bienestar, produciendo endorfinas y mejorando el estado de ánimo; estimula el sistema digestivo, alivia el estreñimiento, contiene antioxidantes, mejora la salud cardiovascular, reduce el colesterol y los triglicéridos y ayuda a cuidar la línea; más no se le puede pedir. Pero lo más importante es cómo debemos tomar el chocolate para aprovechar todo lo que este nos ofrece, y es que: ¿qué pensaría aquel pueblo indígena si supiera cómo y de qué forma hemos conseguido desaprovechar tanto algo tan bueno? Si el cacao es un alimento tan saludable, no es porque comer chocolate en sí sea una buena opción, al menos no en todas sus versiones. Es saludable porque las semillas de cacao, en crudo, contienen potasio, vitaminas, magnesio (uno de los elementos que más escasea en nuestras dietas), calcio, fósforo, hierro y cobre, pero no así una tableta de chocolate con leche, que apenas contiene un poco de cacao y un mucho de azúcar refinado. Entonces, chocolate sí, cuanto quieras, pero mejor chocolate crudo. Algunos ya lo sabían… De un tiempo a esta parte, han sido muchos los cocineros que incluso se han atrevido a introducir este manjar en sus platos salados, rompiendo un poco la norma que asocia al chocolate con algo dulce, un postre, una golosina o un antojo. Un gesto que debemos agradecerles. Aunque ya fueron los centros de estética hace años los que quisieron trascender las barreras de sus beneficios gastronómicos para empezar a descubrirnos otros nuevos, por ejemplo, para la piel. El aceite que se obtiene de las semillas del cacao es muy nutritivo y revitalizante, y eso, junto con su embriagador aroma, hace que las envolturas en chocolate, con todas sus variantes, supongan un auténtico placer para los sentidos. Sí, y también muy recomendables para el cuidado de tu piel.