Higiene oral en bebés: de 0 a 24 meses

Tendemos a pensar en la higiene de la boca de niños y bebés centrándonos en la dental desde el momento en que son capaces de utilizar, a su manera, un cepillo de dientes. Sin embargo, se debe prestar atención a la higiene oral del bebé incluso antes de la erupción dental.

Lo ideal sería que limpiaras la boca de tu bebé después de darle el pecho o de darle el biberón, para retirar los restos de leche y evitar su fermentación. Como mínimo deberías hacerlo una vez al día, preferentemente por la noche, introduciendo tu dedo índice limpio,  y recorriendo con movimientos suaves y circulares la superficie de las encías, sus caras laterales, el interior de las mejillas, el paladar y la lengua. También puedes envolverlo en una gasa, previamente humedecida para no erosionar sus mucosas.

Tendemos a pensar en la higiene de la boca de niños y bebés centrándonos en la dental desde el momento en que son capaces de utilizar a su manera un cepillo de dientes

No te preocupes si te parece difícil hacerlo. Retira lo que puedas, sin profundizar demasiado y hasta donde tu bebé necesite y/o admita. Verás que en poco tiempo él se acostumbra y cada vez será más fácil hacerlo.  Si la lactancia es materna al principio tendrás poco que retirar, porque una buena succión del bebé hace que la leche caiga casi directa del pezón a su garganta. Pero a medida que tu bebé va creciendo la distancia entre el pezón y la garganta disminuye y es más fácil que queden restos de leche en su boca.

Cuando comience su dentición pon especial cuidado en limpiar sus dientes desde el primer día. Su esmalte es todavía frágil y, por lo tanto, más vulnerable a los ácidos que las bacterias forman durante el proceso de fermentación. Puedes hacerlo frotándolos suavemente con una gasa empapada o con un dedal de silicona especial para bebés.

Llegado el momento de la alimentación complementaria no pruebes su comida con los cubiertos que utilizas para él, ni soples sobre los alimentos para enfriarlos. Ten en cuenta que puedes transmitirle bacterias de tu saliva y que la flora bacteriana de los bebés es diferente a la de los adultos. Por la misma razón, nunca pruebes un biberón para saber si está a la temperatura adecuada, ni utilices tu boca para limpiar chupetes, mordedores, o cualquier utensilio que tu bebé se lleve a la suya.  ¡Mima cuanto quieras a tu bebé pero evita besarle directamente en la boca y cuida tu propia salud oral!

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